Carrera descontrolada por arrancar del vacío perpetuo. Quién acelere más gozará primero del privilegio. No nos detengamos a sufrir, la vida es breve.
El frío hace su aparición, se retrasó un poco, tal vez sólo prolongó sus vacaciones. El otoño
también goza de vida. Por algo, todas las hojas son del viento, según el Flaco.

La oscuridad no nos da miedo como cuando eramos niños. Ahora se ha convertido en un refugio, dónde la música se complenta bajo las estrellas y las escuálidas hojas que bailan al son del Funk.
El fuego es interminente, tiene vida propia, tiene ganas de unirse al baile colectivo pero se cansa y se apaga. Demósle una oportunidad. No le quitemos la vida y dejemos que sea uno más que goce del privilegio de la perpetualidad.

Descanso mental. En la oscuridad y el frío que se presentan de nuevo para albergarnos. Apareciste ahí como un recuerdo y permaneciste el resto del tiempo. Tranquilidad absoluta. Nuestro albergue es de uno de tipo musical. Desde aquel lugar escurrían Everything its a right place, Afuera vuelan las ideas, You pero el sueño y las caricias derrotaron a la música.
Las estrellas dijieron algo. Se movían e intentaban revelar un secreto. Por momentos, ojos cerrados y cabezas pegadas mirando átonitamente el paisaje. Aquí estamos y aquí nos encontramos.
La catarsis espera por nosotros. Unámonos a todo aquello por lo qué vinimos. Bailemos, saltemos, gritemos y riámos entorno al fuego. Funk es actitud, Ser humano 2 y Hocus Pocus en el lugar.
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