Detenido por varios minutos casi quince exactos, un aeroplano descendía a alta velocidad como si fuese a estrellarse contra su cabeza. Coincidentemente, al mismo tiempo, un zorzal cruzó por su cabeza, entró en su imaginación y se la revolvió.
Ahora que podría hacer con su imaginación quebrada y sobretodo, hipnotizada por un zorzal. Dejémonos de tonteras, hay q salir a volar.
El vuelo del zorzal es corto, necesita descansar cada cierto aleteo. Sus pequeñas alas y cuerpo no pueden soportar el enigmático peso de la gravedad. En un tiempo pude pensar, soñar y volar pero ahora mis alas se acalambran. El zorzal hace su intento pero ahora no sólo carga con sus alas sino con mi humanidad. Pensamientos, conflictos, sueños, amores, desamores, sexo, el rock, el maldito, tu pena, mi pena, los acordes desprendidos del sol, tu particular sonrisa, la economía internacional, Buenos Aires, Gladys Marín, etc. Cómo habrá aprendido Jimi Hendrix a mecanizar su zurda y a expandirla bajo su locura, ídolo.
Qué opción habrá que tomar, mis ojos ya no se atreven ni a abrirse, se pegan y se asustan entorno a lo que viene. Todo es imperfecto y perfecto a la vez, a todos amo y a todos odio.
De su boca escupe al zorzal, el indefenso sale a la superficie con un ala rota y con una pata menos. Es evidente que no pudo soportar la presión ni el peso de la imaginación, hizo lo que pudo. Todos los días se vomitan zorzales, una sonrisa y una honesta mirada no son suficientes para mí. Hay algo que escondes, hijo de puta.
Ni un solo de Eric Clapton que te puede salvar de tu condena y de tu conciencia. Todo orden se establece desde ahí, de cómo ves y cómo te ven. Pero que tanto mirai sapo culeao, ¿Acaso te debo plata? ¿O te gusto?.