miércoles, 6 de enero de 2010

He vuelto


Al parecer creía que todo seguía la estructura del universo. Todo tenía un orden, incluso mis pensamientos y mi mente.

Un día me atreví a sostener un pequeño pedazo de universo. Lo partí por la mitad y lo metí en mi boca. El proceso es lento pero mis neuronas crujen a medida que transcurren los minutos en la tierra, en las hojas y en el kilometraje.

Es tan amplio el universo que se va absorbiendo por las glandulas que todo se reduce. Cuatro paredes, una puerta, un cigarro, un vaso ya no bastan.

Bosque inconcluso que de día acoge las travesuras infantiles. Es de noche y ahora sólo recibe las exigencias de una mente dispersa. Voces sin rostros, tambores y el mar que amenaza al mundo pero no a mi.

El proceso ya no se detiene. Cada vez más rápido y las risas son el lenguaje apropiado. En ese momento no importa nada, nunca lo importó sólo que ahora he vuelto a ser parte del todo.