En el mundo no sólo bastan las apariencias para sobrevivir. Un error de coordinación puede costar caro donde el efecto/causa es el caos.
La moral se circunscribe a uno, a su protección y caparazón. Pero cuando ésta es azotada y pierde su sentido no queda nada. Desnudo e indefenso ante los azotes sociales que apuntan con el dedo hacía alguien que creyó hacer lo correcto.
El asunto cobra importancia cuando al despertar te das cuenta vivir en una mentira global donde la traición es pan de cada día. Te apuñalo y tú me apuñalas pero no importa seamos amigos.
miércoles, 7 de octubre de 2009
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