miércoles, 16 de marzo de 2011

El truco Anhelado

Por Ignacio Vásquez

En plena adolescencia llegó un impacto cultural que voló la mente de muchos jóvenes. Yo fui la excepción, mientras mis amigos se juntaban a hacer skate, yo prefería hacer otras cosas. No soportaba la idea de lastimarme, una y otra vez.

El aspecto que me generaba más odiosidad de “deslizar”, no era exactamente la bella pirueta, sino más bien quiénes las creaban. Esa invasión al espacio público y el acapararse de toda la tranquilidad que uno necesita de vez en cuando.

Este prejuicio inmaduro y sin respuestas (por ahora) fue el que me llevó a tomar el metro y dirigirme a Parque Ohiggins, lugar que día a día alberga a una gran cantidad de patinadores que caída tras caída buscan el truco anhelado.

Día jueves en pleno mediodía. La mayoría de los jóvenes a esa hora y según el calendario debiese estar dentro de un liceo, colegio, instituto o universidad.

Este espacio que ofrece el parque es uno de los pocos que existen en Santiago. Es algo estrecho para el público presente pero la infraestructura que posee permite un espacio de integración y preocupación por un interés latente en la juventud.

Cigarro prendido. La atención puesta y dispuesta en algo que nunca me llamó la atención. El humo no pasa desapercibido. Un joven moreno se me acerca y me pide unas “quemadas” y me pregunta si es que patino. Le respondo que no y que nunca me ha llamado la atención. Sus pantalones pitillos y el gorro hacia atrás, se repiten con frecuencia en otros skaters, lo asumo como parte de la tendencia.

Cristóbal de 15 años, no puede creer que nunca me haya llamado la atención, lo que para él es su pasión. Hace más de una semana que entró a clases pero sigue patinando desde las 10 de la mañana hasta el anochecer, rutina que repitió sagradamente durante todo el verano.

Un grupo de edad similar a la de Cristóbal se acerca. Le preguntan que cómo va con el truco que lleva ensayando hace meses y este les responde que le falta que la tabla gire un poquito más para poder caer “redondito” encima de ésta.

Los amigos de Cristóbal aseguran que “El Coloro” es el mejor del parque en su edad. La consolidación de este truco podría ser su plataforma al éxito.

Lo único que esperan, según ellos, por parte del Estado y los políticos, es la creación de más skateparks en la ciudad. Se sienten excluidos, en comparación, a otros deportes como el fútbol, en el cual, se invierte mucho más debido a su gran popularidad.

Este es un espacio de encuentro y de constancia. Cristóbal y sus amigos esperan ansiosos por un amigo que los viene a grabar para hacer un video. En Internet hay miles de estos videos que están esperando ser vistos por alguna marca o auspiciador que les permita sustentar esta pasión y/o vocación, y de este modo, convertirla en una real profesión.

Suena el celular de “El Coloro” y desgraciadamente es su mamá. Ella le pregunta que si está en el colegio, a lo que él le responde con un susurrado sí y le corta con la excusa que está en clases. Sus amigos ríen.

Todo el mundo persigue sueños por eso ninguno puede ser más importante que el otro. Algunos pueden ser más avasalladores que otros pero todos los sueños necesitan espacios comunes donde éstos puedan sentirse un poco más cercanos. Todos tienen el derecho a sentir eso.

3 comentarios:

  1. Me gusta el tema que abordaste, sobre todo al mencionar los pocos lugares que existen para practicar este deporte. Es verdad que se invierte mucho en más en los deportes populares, pero estos jóvenes tambien necesitan su espacio.
    Saludos.

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  2. Me parece un buen trabajo. Interactuas de buena forma con los personajes de la historia y describes muy bien el ambiente en el que se desarrolla el relato. Se lee bastante bien.
    Creo que pudiste haber profundizado un poco más en lo que ellos esperan, cuales son sus metas practicando el deporte, que sienten, etc!
    Saludos pore!

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  3. Me encantó tu descripción de la situación, de "El Coloro", y todo lo que dices a cerca de tu percepción de el skate.
    Es súper interesante que mezcles tu propia visión, con lo que vez, eso lo hace más cercano para quienes lo leen.

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