martes, 2 de febrero de 2010

El balón



Sobriedad aunque el mundo lo disponga. A tráves de los gestos discontinuos que posees, sin embargo, aca estoy. El mundo da vueltas y la cabeza también, esto no es cosa del azar, es algo parecido al karma.

Como balón de fútbol sin piernas que lo golpee, olvidando su escencia perpetua que rodar y hacer feliz a quién mejor lo precise y le tenga más amor.

Pelota que en un parque se les olvidó a sus dueños que por la mala fortuna se desinfló y quedó a la deriba de quiénes sustentaron sus sueños en él.

No habrá más remedio que desinflarse y reciclarse. Al parecer la fortuna y la perpetuidad no están de este lado, sino más bien del otro por allá al otro lado del charco. Ahí la magia de rodar existe hace siglos y no fue una imposición como rezar a alguien indebido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario